OPINIONES Y CRÍTICAS

"Xenia" María Eugenia Llinás Corominas

LIcenciada en Historia del Arte
Profesora de la Universidad de Barcelona

La escultura de Ana Benavent es testimonio de una profunda lucidez mediterránea. Por debajo de sus mármoles y bronces se adivina una base estructural rotunda. Las musculaturas aparecen idealizadas, pero no desaparecen, sino que adivina la vida en su interior, las formas están allí vivas y son testimonio bien elocuente de la exaltación del cuerpo femenino.

Es la belleza no solo del cuerpo sino del alma. No son seres muertos los que yacen, ni son seres hieráticos, los que se alzan en sus pedestales, todos tienen en común el aliento vital, el instante captado, la fuerza latente contenida en su interior. La tersura del mármol nos habla de «su oficio» las formas, de su inquietud vital y los tamaños, de su generosa dedicación física. Si quisiéramos inscribir su obra en alguna tendencia, deberíamos, a nuestro juicio, pensar en un Clará o en un Rebull, con más coincidencias con el primero.